sábado, 23 de marzo de 2013

Romanticismo


El romanticismo  nació después de la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y la crisis interna de los sistemas de Antiguo Régimen, en el periodo 1800-1880 (principios del Siglo XIX) 
Entre las características más sobresalientes del Romanticismo se encontraban una predilección por lo exótico, lo remoto, lo oculto y lo misterioso así como una mayor apreciación por la belleza natural. Este movimiento artístico se opone al carácter encorsetado de la pintura académica, rompiendo con las reglas de composición. Su temática busca la evasión, los lugares lejanos y las épocas pasadas.  Y también dio fuerza, emoción, libertad e imaginación a la clásica corrección de las formas del arte y fue una rebelión contra las convenciones sociales.
La estética y la técnica son renovadas para este movimiento:
·         Técnicas: óleo, acuarelas, grabados y litografías.
·         Textura: aparecen superficies rugosas junto con formas más sutiles. La pincelada es libre, viva y llena de expresividad.
·         Desaparece la línea frente al color: se recupera la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los límites excesivamente definidos.
·         Luz: es muy importante y se cuidan sus gradaciones dando un carácter efectista y teatral.
·         Composiciones: tienden a ser dinámicas, marcadas por líneas curvas y los gestos dramáticos.
Los principales autores de este género son Friedrich, Gericault, Turner, Delacroix, Ingres, Goya y Pérez


"La muerte de Sardanapal" - E. Delacroix


E. Delacroix (1798-1863). Fue un pintor francés. Se formó en el estudio de Pierre Guérin, pero debe sus rasgos estilísticos a Gericault y Gros, coetáneos a los que admiró, y también a Rubens y los venecianos. Fue un gran admirador de la pintura ingles.
En 1822 presentó por primera vez una obra en el Salón, La barca de Dante, y en 1824 compareció de nuevo en el certamen con La matanza de Quíos, cuadros ambos que fueron adquiridos por el Estado francés, a pesar de la fuerte polémica que provocaron. El pintor se inclina en estas primeras obras por temas que permiten expresar una gran intensidad emocional, plasmada con colores brillantes y gran libertad expresiva.
Son estas creaciones las que lo convierten en la gran figura del Romanticismo francés, estilo del que se consideran obras particularmente significativas la muerte de Sardanápalo y La Libertad guiando al pueblo. En ambas, las figuras dibujan una línea diagonal, que constituye el eje compositivo del cuadro, al estilo de Rubens, crando una intensa sensación de movimiento y vitalidad.

Análisis de la obra:
El color domina, la luminosidad es brillante. Delacroix utiliza preferentemente colores cálidos, en particular pigmentos castaños y rojos; de ellos surgen, poco a poco, colores más claros como el blanco de las telas, de la túnica o de la piel del caballo, y los amarillos y anaranjados de los cuerpos de las mujeres.
Sobre un gran lecho está dispuesto Sardanápalo, impasible. A su alrededor, se arremolinan personas, animales y objetos, en una composición abigarrada en torno a distintos ejes que se entrecruzan.
La luz marca una diagonal que va desde el monarca asirio, arriba en lo alto, hasta el hombre que está dando muerte a una mujer, abajo a la derecha, que pasa por la figura de una joven muerta y un hombre agonizante, ambos cuerpos blancos sobre el lecho de intenso color rojo. A los pies del lecho y delante de la figura de la mujer que va a ser asesinada, aparece una esclava circasina, cuya piel es mas oscura que el resto de los personajes.

Video sobre el tema: http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=f4Vzl5jKUno